Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Él le preguntó qué hacía allí pero era inútil, los
dinosaurios no hablan. De repente este empezó a hablar muy raro "no haré nada a ti", "no preocupar tú", dijo él. Todo era muy raro, el dinosaurio cogió una linterna y le dijo que le siguiera, "¿Dónde vamos?", dijo el chico, tú solo seguirme, dijo el dinosaurio, lo llevó a un sitio muy oscuro, se escondió el dinosaurio, de repente se encendió una luz por sorpresa y todos sus amigos salieron y le felicitaron por su cumpleaños, resultó que el dinosaurio era su amigo Pepe que estuvo planeando todo esto durante dos semanas. Todo estuvo bien hasta que Rubén se hinchó a postre, por lo tanto tuvo que ir al hospital porque le dio una sobredosis de azúcar.
Ese día fue el mejor día de la vida de aquel chico.
(La otra historia me gusta mucho, pero no puedo ponerla porque contiene episodios terroríficos que pueden dañar la sensibilidad de algunas personas...quien quiera que se la pida al autor
, M.A.G.C de 2ºB)
No hay comentarios:
Publicar un comentario